desafíos  de  las  interrelaciones  entre  grupos 
diferenciados  por  cultura,  etnia,  colectivos 
específicos y género en convivencia en una territorial 
social  evaden  la  misma.  En  consecuencia, 
constituyen un referente clave hacia el interior de las 
reflexiones teóricas sobre la diversidad cultural. 
  Esta paradójica analógico remite al origen de 
examinar  respuestas  educativas  interculturales, 
multiculturales,  bilingües  e  incluso  indigenistas  en 
sociedades de habla hispana, desde una perspectiva 
amplia que la pedagógica. Este escenario da sentido 
al  entramado  de  las  relaciones  normativas, 
conceptuales  empíricas  que  se  implantan  entre 
interculturalidad- educación, sin exclusividad de la 
labor pedagógica (Dietz, 2009a). Por tanto, procede 
una deliberación interdisciplinar para argumentar el 
enfoque denominado  intercultural  en  el  marco  del 
lenguaje  con  la  comunicación.  Desde  la  mirada 
antropológica,  Vertovec  (2007),  considera  “un 
abanico  de  limitaciones  contextuales,  por  ejemplo, 
las  condiciones  socioeconómicas,  políticas 
gubernamentales.  Incluye,  trayectorias  históricas, 
variables  grupales  o  colectivas  y  cómo  éstas  se 
enmarcan unas dentro de otras” (p. 969). 
  La  exposición  multicultural  representa  un 
avance  lo  cual  dio  sentido  en  el  manejo  de  la 
diversidad.  Quizás  resulta  insuficiente  debido  al 
reconocimiento  de  otro  planteamiento,  en  él 
propugna  que  el  multiculturalismo  no  implica  la 
inclusión  activa  de  la  misma.  El  escenario  en  los 
ámbitos de la decisión, dirección y fundamentación 
de  las  reglas  de  ordenación  de  la  sociedad  del 
presente  (Esperanza,  2011).  Por  lo  anterior,  la 
interculturalidad  se  vela  en  la  configuración  de 
sociedades con apertura a la diversidad, pluralismo, y 
el  diálogo  cultural  en  la  construcción  del  nuevo 
Estado. 
  En  efecto,  la  mediación  del  Estado  en 
implementar  políticas  de  legalidad  en  favor  de 
minorías históricamente excluidas obedece en otorgar 
certeza  en  la  autodeterminación  de  comunidades 
originarias. Constituye la participación y el derecho 
al  devenir  histórico,  son  fundamentales  con 
orientación al bienestar y desarrollo de su cultura. Lo 
anterior,  en  el  marco  del  Segundo  Decenio 
Internacional  de  las  Naciones  Unidas  para  los 
Pueblos  Indígenas  del  Mundo  (2005-14)  (Banco 
Mundial,  2015).  El  acuerdo  protege  el  derecho 
natural expresado en el marco de la Declaración de 
las  Naciones  Unidas  sobre  los  Derechos  de  los 
Pueblos  Indígenas.  Significa  que  las  autoridades 
tradicionales mantienen su derecho a la autonomía, 
en  términos  de  la  preservación  de  su  cultura  y  la 
continuidad histórica. 
  En algunas situaciones específicas frecuentes, 
estas instituciones  no tienen el reconocimiento  por 
actores del Estado. Quizás se identifican vacíos en la 
legalidad  en  su  regulación,  así  también  de  la 
articulación  con  el  marco  jurídico.  El  radicalismo 
visualiza  el  derecho  a  la  autodeterminación  de  los 
pueblos  originarios,  como  una  particularidad 
controvertida  de  la  participación  política  indígena. 
Los  efectos  posibles  serían  la  secesión  de  la 
integridad territorial del Estado; por el contrario, este 
escenario  refuerza  la  intervención  de  los  grupos 
minoritarios,  en  la  democratización  de  políticas 
públicas culturales con la educación. Este ha sido un 
referente que ha consolidado la voluntad de suscribir 
tratados  internacionales  y  declaraciones  que 
reafirman las aspiraciones de los pueblos originarios 
en su participación en la democracia.  
 
Lenguaje y Comunicación 
 A través de la comunicación intercultural se 
crea,  comprende,  transforma  la  cultura  y  las 
identidades.  Al  respecto  la  filología  ha  buscado 
explicar, ir más allá de la apariencia de la totalidad, 
determinar  categorías  de  estudio  para  predecir  los 
hechos (Zemelman, 2011). En efecto, en su evolución 
caótica,  a  través  del  lenguaje  en  su  mestizaje,  así 
como  su  deformación,  engendra  problemas  de 
inseguridad intelectual y del reconocimiento propio. 
Un país, es  una cultura, una percepción definida a 
través  del  lenguaje  y  la  diversidad  de  la 
comunicación, un sistema de creencias. El binomio 
lenguaje-comunicación  en  el  contexto  de 
interculturalidad tiende a una mayor autoconciencia. 
Los  desafíos  son  preservar  las  lenguas  madre  que 
desaparecen paulatinamente en el orbe, al disminuir 
el número de hablantes autoidentificados autóctonos. 
  Bajo este tenor, la Unesco, se ha pronunciado 
permanente por la diversidad de las culturas. En el 
marco  de  la  Declaración  Universal  sobre  la 
Diversidad Cultural 2001,  se declaró un principio: 
“entendido no solamente en términos de crecimiento 
económico, sino también como medio  de  acceso a 
una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual 
satisfactoria”  (Artículo  3).  Ello  implica  un 
compromiso  universal  de  respeto  las  libertades 
fundamentales, por tanto, a los derechos humanos. En 
particular a los pueblos indígenas (Artículo 4), lo