eso la interacción con los mismos es crucial en 
el  elemento  pedagógico.  Se  debe  tener  en 
cuenta  que  somos  seres  pensantes  y  con 
emociones  y  espirituales,  algo  que  nos 
convierte  en  complejos,  pero  no  en 
inalcanzable, y  ahí  radica  la  eterna  lucha  del 
hombre por la verdad. 
La segunda etapa, y muy importante es 
la evaluación. Una vez conocido el alumno, se 
plantean  estrategias  pedagógicas  para  cada 
caso,  y  tomados  todos  como  un  sistema 
entonces  llega  la  etapa  de  enseñanza  y 
evaluación. Se enseña según lo advertido en la 
recolección  de  datos  y  análisis,  para  luego 
diseñar una estrategia personalizada y global de 
enseñanza. Se dice con entusiasmo que el hogar 
es  la  primera  escuela,  y  esta  aseveración  es 
cierta y se debe de tomar como un marco de 
referencia para los docentes. El alumno aprende 
con la palabra, pero mucho más con el ejemplo, 
entonces  el  punto  de  vista  que  tenga  de  los 
docentes  es  importante.  Las  estrategias 
pedagógicas deben centrarse en el ya conocido 
carácter y recursos de los alumnos, y visto esto, 
tomarlo con las relaciones entre ellos y con el 
sistema educativo. 
 Se tiene que plantear un objetivo y esto 
no es superficial, al contrario, si se sabe hacia 
dónde se quiere llegar con la educación va a ser 
más  fácil  el  camino  a  partir  del  diseño  de 
estrategias. El diseño es buscar estos objetivos, 
desde la base del enfoque sistémico. Seguimos 
con nuestra búsqueda de calidad educativa en el 
enfoque  sistémico  en  el  segundo  grupo  que 
comenzó  con  el  diseño  y  sigue  con  el 
desarrollo. Esta etapa se caracteriza por buscar 
las herramientas pedagógicas y sistémicas para 
mejorar la calidad educativa, para ello prepara 
una  de  las  formas  para  saber  si  el  alumno 
empatizó y aprendió: la evaluación (Parellada 
Enrich et at., 2016). Evaluar desde el punto de 
vista de a la par, no de arriba jerárquicamente, 
ya que  las opciones  donde el  docente infiere 
poder  sobre  el  alumno  no  tienen  buenos 
resultados.  
Es  una  saludable  práctica  y  rebeldía 
saber  que  no  son  iguales  en  conocimiento  el 
docente y el alumno, pero nuestra participación 
en la tierra como seres vivos nos conecta a la 
par de los demás, con nuestros pensamientos y 
diferencias.  El  docente  que  ya  estudió  los 
alumnos que tiene, y sabe sus razones, puntos 
fuertes  y  debilidades,  será  quien  plantee  la 
mejor  forma  de  evaluarlos  a  partir  de  lo 
descrito.  Será  una  evaluación  grupal, 
individual, oral o escrita; el escenario ya está 
puesto, falta tomar las decisiones correctas. Las 
etapas  del  primer  grupo  ayudan  al  docente  a 
empatizar  con  el  alumno,  estas  etapas  del 
segundo  grupo  son  la  culminación  de  esa 
empatía en forma de aprendizaje asistido con 
técnicas  que  ayuden  al  docente  a  evaluar  y 
ponerse a la par del alumno. 
La  depuración  se  convierte  en  la 
experiencia de poner en práctica el desarrollo. 
No podemos permitir el diseño y desarrollo de 
sistemas perfectos, dada la alta complejidad que 
el  sistema  educativo  condice.  Esta  etapa  nos 
lleva  a  pensar  en  docentes  experimentados 
contra  docentes  sin  experiencia.  El  sistema 
educativo  es  empírico  en  el  desarrollo  de 
técnicas que los docentes pueden aplicar, aún 
sin  la  experiencia  necesaria,  por  eso  los 
docentes que recién empiezan pueden  aplicar 
sin problemas el enfoque sistémico. Pero ¿cuál 
es  la  razón?  La  clave  está  en  el  espíritu  de 
docencia que está implícito en todo ser humano, 
aunque  no  nos  demos  cuenta;  en  algún 
momento supimos dar ejemplo o palabras como 
forma de educar a nuestros semejantes, familia, 
amigos y demás integrantes de la sociedad.  
Tenemos el espíritu de docencia, lo que 
lleva  a  pensar  en  la investigación  de  si  la 
experiencia en los docentes es determinante, es 
relativo al fuego interno del espíritu humano. 
Depurar  significa  ir  al  error,  y  no  podemos 
suponer  una  civilización  sin  errores  en  sus 
partes, por eso, una vez hecho el marco teórico 
de las percepciones del docente y la calificación 
que  dará,  se  haga  una  sobre  exigencia  del 
sistema  para  corregir  esos  errores.  Es  un 
proceso de prueba y error. 
El mantenimiento que es el tercer grupo 
y finaliza el ciclo de vida de sistemas aplicado 
a  la  educación,  se  somete  al  juicio  crítico  y 
emocional del alumno en cuánto si el docente 
dejó una  huella en  su vida,  una señal  que lo 
lleva  a  progresar  y  ser  un  ciudadano  útil  y 
comprometido. Sin embargo, esa huella no es 
fácil de  imprimir (Merce  Traveset, 2016). Se 
necesita de liderazgo, de inspirar a los demás, 
de convencer y de educar virtudes que en