
 
Citar así: Hernández-Bowen, L. (2020). Reflexiones sobre Filosofía y la Realidad Científica. Revista Tecnológica-
Educativa Docentes 2.0, 8(2), 34-38, DOI: https://doi.org/10.37843/rted.v8i2.151 
 
 
Reflexiones sobre Filosofía y la 
Realidad Científica 
empáticamente  el  sentir  o  pensamiento  del 
actor, por cuanto concibe las ciencias sociales 
como estudio de individuos no de grupos.  
Lo  mismo  ocurre  con  las  orientaciones 
epistemológicas,  por  cuanto  en  Grecia  se 
basaba en los postulados del racionalismo, es 
decir  consideró  el  conocimiento  verdadero  al 
derivado  de  procesos  mentales  del 
razonamiento humano, negando así tal validez 
a los conocimientos empíricos. Por ello no es 
de  extrañar  al  evolucionar,  el  pensamiento 
filosófico griego fuera hacia corrientes basadas 
en el pensamiento, como forma de explicación 
de  lo  real  articulado  con  el  estudio  del 
conocimiento.  
Fundamentalmente, hablar de filosofía e 
investigación  implica  directamente  referir  al 
ámbito  científico, por  cuanto los  procesos de 
investigación  deben  atender  a  estándares 
válidos  para  garantizar  en  sus  aportes, 
parámetros  comprobados  desde  donde  se 
oriente  su  accionar  como  generación  de 
conocimientos  válidos,  aspecto  directamente 
relacionado con la epistemología. Es claro hoy 
en  día  dentro  de  los  entornos  doctorales 
desarrollados en los países no anglosajones, es 
necesario  buscar  conocimientos  epistémicos, 
marcando distancia del conocimiento vulgar o 
gnoseológico. Ese conocimiento es parte de los 
abordajes de las teorías filosóficas.  
Ahora  bien,  no  podemos  afirmar  en 
forma  absoluta  como  generalizada  en  las 
tendencias  actuales  al  referir  a  una 
epistemología es hablar de filosofía, toda vez 
existe  una  tendencia  sobre  desvincular 
epistemología  de  filosofía.  En  un  primer 
momento,  conocemos  el  vínculo  entre 
epistemología, filosofía vinculada al concepto 
de  filosofía  de  la  ciencia,  pero  luego  esta 
relación  ha  cambiado,  siendo  ratificado  en 
tendencias  recientes  por  el  surgimiento  de  la 
epistemología naturalizada, liderada por Quine 
enmarcada  en  el  posicionamiento  desde  una 
epistemología  naturalizada,  cognitiva, 
evolucionista.  
     Es por ello necesario realizar el abordaje de 
esta  temática,  a  fin  de  identificar  las 
orientaciones  conceptuales  para  sustentan  las 
reflexiones realizadas sobre el particular. 
En este sentido, al inicio del artículo, fue 
abordado  el  aspecto  principal  para  esta  labor 
fundamental  que  cumple  toda  investigación 
como  debería  ser,  brindar  soluciones  a  los 
problemas  existentes  dentro  del  contexto 
social.  
Pero existen otros aspectos integrados al 
propósito  de  investigación,  como  el 
descubrimiento  de  algo  desconocido  Sierra 
(1991),  solución  de  un  problema  de 
conocimiento (Sabino, 2002, p. 34). Sobre este 
particular  concluye  Arias  (2012)  que  la 
investigación  implica:  “a)  Descubrimiento de 
algún aspecto de la realidad. b) La producción 
de un nuevo conocimiento, el cual puede estar 
dirigido a incrementar los postulados teóricos 
de una determinada ciencia (investigación pura 
o  básica;  o  puede  tener  una  aplicación 
inmediata  en  la  solución  de  problemas 
piráticos (investigación aplicada)”. (p. 12).    
Siendo estos los propósitos implícitos en 
la función de investigar, vemos como el papel 
de la filosofía ha venido deslastrándose de los 
conceptos de ciencia, epistemología y por ende 
de  investigar.  Al  respecto,  afirma  Padrón 
(2013)  al  referirse  a  las  nociones de filosofía 
como epistemología:   
 
Su presupuesto conceptual es que se trata 
de  una  rama  incluida  en  la  Filosofía, 
sinónimo, hasta donde puede inferirse, de 
Filosofía de la  Ciencia. El  hecho de  estar 
incluida  dentro  de  la  Filosofía  tiene 
muchas  implicaciones,  una  de  las  cuales 
resulta  clave  para  poder  entender  la 
epistemología  evolucionista.  Como 
sabemos, la mayoría de las disciplinas que 
actualmente  consideramos como Ciencias 
autónomas en un principio pertenecieron a 
la  filosofía,  pero  abandonaron  esa  cuna 
desde el momento en que cada una de ellas 
encontró  su  universo  de  correlatos 
empíricos  y  sus esquemas  metodológicos 
de  recolección  de  datos,  de  construcción 
teórica y de contrastación (fuera formal o 
empírica). (p. 23). 
 
Refiere  al  ejemplo  de  ciencias  como  la 
física,  siendo  en  un  principio  vinculada  a 
corrientes  filosóficas,  pero  luego  encontró  su 
autonomía dentro de los estándares científicos, 
adoptando herramientas como mecanismo para