Introducción 
Tradicionalmente  la  forma  de  evaluación 
en  universidades  es  muy  teórica,  a  veces  por 
responder al modelo conductista o simplemente 
por comodidad de algunos docentes al evaluar de 
manera  más  simple  y  obtener  de  manera 
inmediata  una  calificación.  El  evaluar  con 
pruebas de selección múltiple, falso verdadero o 
con preguntas cerradas, limita de alguna manera 
generar en los estudiantes el análisis, demostrar 
aplicabilidad de lo aprendido con los contenidos 
de la materia. Durante el desarrollo de cátedra es 
importante  brindar  a  los  estudiantes  algunos 
insumos,  herramientas,  elementos, 
permitiéndoles  resolver  de  manera  efectiva 
evaluaciones  de  carácter  analítico,  practico  y 
creativo, lo cual responde de manera armónica al 
modelo  Holístico  de  Educación  de  la  Ley 
Avelino Siñani y Elizardo Pérez ley vigente en el 
Sistema de Educación Superior en Bolivia, con 
los principios: “Ser , Saber, Hacer y Decidir”, en 
ese  sentido  es  importante realizar  evaluaciones 
prácticas en vinculadas a estos principios. 
Particularmente  la  investigación  se  la 
realizo  en  una  materia,  denominada  Técnicas 
Proyectivas  I,  materia  teórico-práctica,  sin 
embargo,  esta  materia,  necesita  de  un 
entrenamiento  practico  permanente  y  de  un 
seguimiento  personalizado  para  despejar  las 
dudas  que  puedan  surgen  en  los  estudiantes, 
durante su desarrollo, para su total comprensión, 
para  una  adecuada  y  eficiente  aplicación  de 
dichas herramientas a lo largo del ejercicio de su 
profesión. Respondiendo a estas características, 
las  evaluaciones  de  esta  materia  deberán 
responder  a  esa  misma  metodología  teórico-
práctica, sin embrago ante estas evaluaciones los 
estudiantes no responden con efectividad, por ser 
evaluados  permanentemente  solo  de  manera 
teórica  sin  permitir  el  mayor  análisis  o  algún 
nivel de aplicabilidad de lo aprendido. 
En  el  estudio  se  pretende  establecer 
estrategias  para  mejorar  el  rendimiento 
académico  a  través  de  efectividad  de  los 
exámenes prácticos a diferencia de los exámenes 
teóricos.  Por  tanto,  entenderemos  como 
rendimiento  académico  como  el  producto  de 
asimilación  del  contenido  de  los  programas  de 
estudio,  expresado  en  calificaciones  dentro  de 
una  escala  convencional,  en  otras  palabras,  se 
refiere al resultado  cuantitativo obtenido,  en  el 
proceso  de  enseñanza  aprendizaje,  conforme  a 
evaluaciones objetivas planteadas por el docente 
actividades complementarias. 
No  se  trata  de  cuanto  material  han 
memorizado los estudiantes, sino de cuanto han 
incorporado  realmente  a  su  conducta, 
manifestándolo  en  su  manera  de  sentir,  de 
resolver los problemas, de “hacer”, utilizando, lo 
aprendido.  El  rendimiento  académico  sintetiza 
acciones  del  proceso  educativo,  no  solo  en  el 
aspecto cognoscitivo logrado, sino también en el 
conjunto  de  habilidades,  destrezas,  aptitudes, 
ideales e intereses. Donde el docente es, el gran 
responsable,  contemplando  los  aportes  de 
Figueroa (2004) ya que el resultado dependerá de 
qué  metodologías  aplique  para  un  rendimiento 
mucho más alto, aunque también interfieren otros 
aspectos  individuales  del  estudiante,  el  apoyo 
familiar, situación social, entre otros. 
Es urgente, según Sánchez (2019) que sean 
concebidas  y  adoptadas  nuevas  estrategias  que 
aporten  innovación  a  la  enseñanza,  que  son 
directamente  responsables  por  la  diseminación 
del conocimiento, en un ambiente diversificado y 
complejo  que  es  el  aula.  Existen  algunas 
investigaciones en otros países, tal es el caso de, 
“Factores asociados al rendimiento académico en 
estudiantes universitarios, una reflexión desde la 
calidad  de  educación  superior”  (Garvanzo-
Vargas, 2007).  
Otra  investigación  es,  la  de  Patricia 
Robledo y García (2009) “el entorno familiar y 
su influencia en el rendimiento académico de los 
alumnos con dificultades de aprendizaje: revisión 
con estudios empíricos”, Otro interesante estudio 
es  “El  papel  de  la  evaluación  formativa  en  la 
evaluación por competencia: aportación de la red 
de  evaluación  formativa  y  compartida  en 
docencia universitaria”.  En  nuestro  País,  existe 
un artículo sobre el “Rendimiento académico en 
las  universidades”  (Chipana-Santalla,  2012), 
pero  que  se  centró  más  en  la  parte  numérica, 
estadística.  
A través de estas investigaciones se realza 
la  importancia  de  trabajar  discriminando  los 
resultados  de  evaluaciones  teóricas  de  los 
resultados de evaluaciones prácticas, además de 
evaluar  el  rendimiento  académico  en  base  a 
estrategias implementadas durante el desarrollo y 
contenidos  de  materia,  tanto  en  el  paralelo 
mañana como en el turno noche, también permite