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El desarrollo efectivo de la oralidad en estudiantes ha sido un gran reto educativo durante mu-
chos años.  Por ello, se propende que  la formación integral de los profesionales, articule  sis-
temáticamente procesos  que coadyuven al fortalecimiento de esta competencia; Sin embargo, 
en un alto porcentaje, los procedimientos de educación no se encuentran actualizados a las 
circunstancias de los diferentes contextos y la población, derivando en un desinterés  por parte 
de los estudiantes, impidiendo que puedan aproximarse asertivamente al conocimiento de sus 
capacidades cognitivas, la concepción de su propio cuerpo, gestos y otros elementos endógenos 
que configuran la evidencia de un aprendizaje efectivo. 
 
De acuerdo a lo anterior, estos comportamientos se pueden ver reflejados en el desenvolvi-
miento de los estudiantes, puesto que, estas competencias orales siguen siendo infravaloradas 
por algunos docentes que limitan la participación y espontaneidad de los estudiantes. Por lo 
cual, se emplea la observación directa como recurso metodológico y se confirma que son mu-
chas las problemáticas que se evidencian en los estudiantes del VI semestre de la Licenciatura 
en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad de Pamplona, relacionadas con las 
habilidades comunicativas y concernientes en este caso a la expresión oral, que afectan en gran 
medida su interacción y relación con las personas que los rodean; para tal efecto, se hace in-
dispensable el fortalecimiento de dicha habilidad, pues tal y como lo menciona Cassany (2006) 
[1]: “La comunicación humana es inteligente y funciona de manera económica y práctica: basta 
con decir una pequeña parte de lo que queremos comunicar para  que el interlocutor comprenda 
todo; con producir unas pocas palabras” (pág. 23). 
 
De acuerdo a Cassany, la oralidad es una herramienta fundamental en el ejercicio docente, pues 
funciona como principal canal de interacción estudiante- docente y, estudiante- estudiante en 
el aula y fuera de  ella. Una praxis poco adecuada puede derivar en un mal desempeño  del 
docente en formación  y ciertamente esto puede ser causado por diversos factores extrínsecos 
e intrínsecos que afectan directamente su formación integral; dichas problemáticas traen graves 
consecuencias para el desarrollo holístico del estudiante porque pueden ocasionar desequili-
brios o desajustes a nivel emocional y social, con actitudes y comportamientos desfavorables, 
inseguridad al expresarse en los trabajos de aula, timidez en la relación con sus semejantes, 
baja autoestima al no valorar su trabajo, incapacidad para tomar decisiones y buscar soluciones 
a los problemas, lo que le traerá dificultades en la vida laboral y profesional.  
 
Por consiguiente, es importante la selección de las estrategias apropiadas que conlleven al buen 
uso y desarrollo del lenguaje oral, para lo cual se debe recurre al escenario de las prácticas 
educativas que permiten el fortalecimiento de este. Por ello, se articulan algunos procesos del 
teatro como estrategia para el fortalecimiento de la oralidad, de esta manera se abre espacio a 
la teoría de Augusto Boal y se fija como objetivo principal de la propuesta el mejoramiento de 
las capacidades en cuanto a la oralidad en los estudiantes, teniendo en cuenta que es el mismo 
autor [2], quien expresa la pertinencia del teatro en el desarrollo autónomo e integral de las 
capacidades personales al afirmar que:  
 
“El teatro nace cuando el ser humano descubre que puede observarse a sí mismo   y, 
a partir de ese descubrimiento, empieza a inventar otras maneras de obrar. Descubre 
que puede mirarse en el acto de mirar; mirarse en acción, mirarse en situación. Mirán-
dose, comprende lo que es, descubre lo que no es e imagina lo que puede llegar a ser.”